La Ley NO fue dada para TODOS

La Ley de Moisés fue dada al Pueblo de Israel. Es curioso lo que encontramos en los famosos Diez Mandamientos:

"Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy el Señor tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre. No tendrás dioses ajenos delante de mí."

Éxodo 20:1-3

Dios a mí NO me sacó de la Tierra de Egipto, pero al Pueblo de Israel, SÍ. Estos mandamientos van dirigidos al Pueblo de Israel (Lv. 26:46).

El Antiguo Pacto fue hecho con Israel y la señal era el Shabat:

"Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó."

Éxodo 31:16 y 17

Un gentil debía convertirse para poder participar del Antiguo Pacto, pero una vez convertido, ya NO se consideraba gentil, por tanto, ahora como parte de Israel sí podía vivir según la Ley de Moisés.

Lo interesante es que, en el Nuevo Pacto, NO es necesario convertirse al judaísmo a través de la circuncisión o de cualquier otro rito, los gentiles, por la fe, entramos en el Nuevo Pacto poniendo nuestra confianza en Cristo, una vez en Cristo, podemos disfrutar de las promesas que encontramos en el Nuevo Pacto.

Por tanto . . .

Un gentil que pone su fe en Jesús, no debería plantearse si debe guardar el Shabat o si debe guardar partes de la Ley de Moisés, de igual forma, tampoco debería plantearse el ofrecer sacrificios de animales a Dios, etc, etc. Esta situación se dio al principio y la tenemos en Hechos 15 cuando un grupo de judíos creyentes en Cristo declara:

". . . Es necesario circuncidarlos, y mandarles que guarden la ley de Moisés."

Hechos 15:5b

La respuesta de Pedro fue contundente:

"¿por qué tentáis a Dios, poniendo sobre la cerviz de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?"

Hechos 15:10

Pedro es muy claro: querían imponer un yugo sobre los gentiles que no habían podido llevar.

Por eso, Pablo enseña lo que enseña, somos el Israel de Dios, NO somos el Israel según la carne aferrándonos a leyes obsoletas, débiles e ineficaces.

Extracto de mi libro:
ENTENDIENDO LA LEY DE MOISÉS
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